Amsterdam, si, locura más bien! xD
El viaje empezó cuando el sol aún no había salido, eso condicionó el primer día en la pseudo-capital, mucho sueño, muy perdidos por allí, gracias a dios vimos la luz con la ayuda de otros viajeros. Acercándonos a la citi en el tren de las 8 los primeros rayos del sol perpétuo iluminaron nuestras ojeras de doble lupping. Con gafas de sol y un par de cigarros el tren estacionó.
Andando por las calles medio vacías, empezamos a encontrar el norte, un norte condicionado por un mendigo costroso que nos cobró su breve explicación en italiano. Llegamos al albergue, gracias a nuestro excelente nivel de inglés, nos dan las llaves y depositamos las maletas.
Damos vueltas y más vueltas, tenemos hambre. Mc Dollar allí presente nos invita a entrar, comida rápida y para el Coffie más cercano. Nos colocamos, error de principiantes, eran solo las 14h. Caminamos sin rumbo, el sonido vacío de una ciudad llena de transeuntes y biciletas que nos impiden hacer más de 2 pasos sin tropezar, nos conduce de nuevo a casa. Nos estiramos, nuestros párpados pesan toneladas. Dormimos hasta las 00. Salimos a fumarnos otro mai a la calle, vemos un parque, nos detenemos y al ver el panorama, volvemos al albergue.
Día 2 en el diario del capitan: Mañana cultural, museo Van Gogh, con unos cascos por 4 euros, conocemos vida y obra de un tarado mental muy creativo. Me enamoro de su caótica habitación en Francia. Empieza a llover, nos refugiamos en un Burger King, nos alargamos con la post-comida. Vemos tiendas, compramos souvenirs, vamos dirección el Barrio Rojo. Prostitutas por todos lados nos invitan a entrar, nos dejamos llevar por los fanales rojos, nos seduce su manera de mirarnos, me enamoro dos veces, sigo andando con pesadez sin perderme detalle. Risas revotan en mis orejas, vamos a otro Coffie del distrito. Aumentan las risas, noche roja me empalaga, unos se quedan allí disfrutando de los placeres de la noche, yo cansado vuelvo para casita. Me pierdo, un taxi nos salva.
Día 3: Visita del centro, canales, tranvías, monumentos, plaza Damm, flores, comemos en un italiano con camareros semi-mafiosos. Vamos a comprar setas, una vez adquiridas, dirección a Vondelpark, allí ingieren media ración los más viciosos. Algunos sienten los efectos, otros los miramos mientras disfrutamos del aire puro en nuestro pulmones y el canto de los cuervos allí presentes. Fuentes y patos amenizan la tarde. Cenamos y nos vamos a despedir de Amsterdam.
Día 4: Compramos los últimos souvenirs después de almorzar, plantas carnívoras, hash, maría, camisetas y bolsos. Día largo en dirección al Aeropuerto. Una experiencia bonita en una ciudad de contrastes, la fusión de Londres y Venecia. Buen regusto en mi paladar. Un gran sherpa nos a acompañado, y unos amigos que valen millones.
El viaje empezó cuando el sol aún no había salido, eso condicionó el primer día en la pseudo-capital, mucho sueño, muy perdidos por allí, gracias a dios vimos la luz con la ayuda de otros viajeros. Acercándonos a la citi en el tren de las 8 los primeros rayos del sol perpétuo iluminaron nuestras ojeras de doble lupping. Con gafas de sol y un par de cigarros el tren estacionó.
Andando por las calles medio vacías, empezamos a encontrar el norte, un norte condicionado por un mendigo costroso que nos cobró su breve explicación en italiano. Llegamos al albergue, gracias a nuestro excelente nivel de inglés, nos dan las llaves y depositamos las maletas.
Damos vueltas y más vueltas, tenemos hambre. Mc Dollar allí presente nos invita a entrar, comida rápida y para el Coffie más cercano. Nos colocamos, error de principiantes, eran solo las 14h. Caminamos sin rumbo, el sonido vacío de una ciudad llena de transeuntes y biciletas que nos impiden hacer más de 2 pasos sin tropezar, nos conduce de nuevo a casa. Nos estiramos, nuestros párpados pesan toneladas. Dormimos hasta las 00. Salimos a fumarnos otro mai a la calle, vemos un parque, nos detenemos y al ver el panorama, volvemos al albergue.
Día 2 en el diario del capitan: Mañana cultural, museo Van Gogh, con unos cascos por 4 euros, conocemos vida y obra de un tarado mental muy creativo. Me enamoro de su caótica habitación en Francia. Empieza a llover, nos refugiamos en un Burger King, nos alargamos con la post-comida. Vemos tiendas, compramos souvenirs, vamos dirección el Barrio Rojo. Prostitutas por todos lados nos invitan a entrar, nos dejamos llevar por los fanales rojos, nos seduce su manera de mirarnos, me enamoro dos veces, sigo andando con pesadez sin perderme detalle. Risas revotan en mis orejas, vamos a otro Coffie del distrito. Aumentan las risas, noche roja me empalaga, unos se quedan allí disfrutando de los placeres de la noche, yo cansado vuelvo para casita. Me pierdo, un taxi nos salva.
Día 3: Visita del centro, canales, tranvías, monumentos, plaza Damm, flores, comemos en un italiano con camareros semi-mafiosos. Vamos a comprar setas, una vez adquiridas, dirección a Vondelpark, allí ingieren media ración los más viciosos. Algunos sienten los efectos, otros los miramos mientras disfrutamos del aire puro en nuestro pulmones y el canto de los cuervos allí presentes. Fuentes y patos amenizan la tarde. Cenamos y nos vamos a despedir de Amsterdam.
Día 4: Compramos los últimos souvenirs después de almorzar, plantas carnívoras, hash, maría, camisetas y bolsos. Día largo en dirección al Aeropuerto. Una experiencia bonita en una ciudad de contrastes, la fusión de Londres y Venecia. Buen regusto en mi paladar. Un gran sherpa nos a acompañado, y unos amigos que valen millones.
V
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